Compra de votos en Melilla

El líder islamista de Coalición por Melilla ya fue condenado por irregularidades en el voto por correo

voto Melilla
Mustafa Aberchán y Fátima Hamed.
Borja Jiménez

Mustafá Aberchán, máximo responsable de Coalición por Melilla (CPM), fue juzgado por irregularidades en el voto por correo y condenado a dos años de cárcel por ello. Ahora, quince años después, vuelve a estar en el ojo del huracán, cuando está al frente, junto a Fátima Hamed, de la formación islámica CPM.

Y es que podríamos estar hablando del mayor fraude electoral de la historia de la democracia en España. La Policía Nacional y el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Melilla investigan la presunta compra de 10.000 votos por correo de cara a las elecciones del 28 de mayo. «Podríamos estar hablando de un tercio de representantes de la Asamblea de Melilla», ha alertado la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh.

Hechos

Fundamentalmente, han sido dos los hechos que han hecho saltar todas las alarmas. Por un lado el elevadísimo número de personas que han solicitado el voto por correo, un 18% del total del censo. A ello, hay que añadir que hace apenas unos días se produjo el asalto de dos encapuchados a un cartero al que robaron absolutamente toda la documentación que llevaba.

Esto, ha puesto en el punto de mira a Coalición por Melilla y su líder Mustafa Aberchán que, como decimos, ya ha sido condenado por irregularidades en el voto por correo.

Condena

El Tribunal Supremo confirmó recientemente la condena de dos años de cárcel impuesta al presidente de Coalición por Melilla, Mustafa Aberchán, y al exsecretario general del PSOE de Melilla, Dionisio Muñoz, por el conocido como «caso voto por correo», que se produjo en las elecciones al Senado de 2008.

La Sala de lo Penal del alto tribunal ratificaba lo esencial de la sentencia que la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Málaga, con sede en Melilla, dictó en 2018 y que imponía dicho castigo a ambos líderes políticos regionales por un delito de falsedad y dos delitos electorales.

La trama consistía, según declaró probado la sentencia de la Audiencia, en aprovecharse de las «ventajas» del voto del correo, sistema por el que el votante sólo interviene cuando solicita en las oficinas la correspondiente certificación de inscripción en el Censo electoral.

«Una vez hecho eso, el sobre con la documentación electoral que recibiría el votante podía ser entregado a una tercera persona, quien podría elegir la opción política correspondiente para posteriormente entregar el voto en Correos, que lo enviaría a la correspondiente mesa electoral», señala la Audiencia.

A cambio de actuar así, «se les prometía que serían contratados en los planes de empleo con preferencia a otras personas, lo que constituía un importante estímulo dado el número de desempleados que hay en Melilla».

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